viernes, 26 de agosto de 2016

La brecha de empleo: el verdadero problema que debemos asumir


El último informe sobre el mercado de trabajo local indica una situación socio productiva de amplia complejidad para la ciudad.
Si bien los números son contundentes, hay algunas cuestiones de índole técnica que requieren una mirada particular para la correcta interpretación de los mismos. En este sentido, la comparación se debe realizar siempre sobre el mismo periodo del año considerando que hay variables intervinientes que tienen un mismo comportamiento según época del año.
El informe permite observar que ha crecido la población económicamente activa, lo cual indica que más personas requieren ingresar al mercado laboral, en número absolutos, la información del INDEC indica que había 276.000 personas trabajando o buscando trabajo en el segundo trimestre de 2015 mientras que, para el segundo trimestre de 2016, se informan 284.000.
Esta presión sobre el mercado de trabajo sumado a la reducción de la población ocupada (pasamos de 254.000 personas ocupadas en 2015 a 251.000  personas en 2016) muestra una situación socio productiva que profundiza la brecha de empleo.
En la tabla 1 podemos observar los diversos indicadores del mercado laboral local en términos relativos (tasas expresadas en %).

Tabla 1. Tasas del mercado laboral 2do trimestre 2010-2016
Tasas
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2do trimestre
Actividad
47,4
47,1
48,0
45,1
44,7
43,8
45,6
Empleo
43,5
42,0
43,0
41,0
40,9
40,9
40,3
Desocupación
8,3
11,0
9,9
9,1
8,4
8,1
11,6
Subempleo
13,0
8,5
12,0
13,6
14,8
14,0
15,5
Brecha de empleo
21,3
19,5
21,9
22,7
23,2
22,1
27,1
Subempleo demandante
9,8
6,4
8,3
9,1
9,3
9,6
10,3
Subempleo no demandante
3,2
2,1
3,7
4,5
5,5
4,4
5,2
Fuente: INDEC

La brecha de empleo nos permite recordar que no sólo se trata de mirar el indicador de desempleo sino que el subempleo como un actor tan o más importante en el análisis del mercado laboral. Si la expansión de la disponibilidad de mano obra excede en dinamismo la expansión del número de puestos de trabajo propios emerge una brecha de empleo. Esta puede expresarse en desocupación abierta, pero puede no ser la única forma de hacerse visible en los indicadores ya que el principal mecanismo de ajuste se observa en la generación de subempleo.
Cuando hay desajuste entre la mano de obra disponible y la generación de fuentes de trabajo, un primer efecto se manifiesta a través de las tasas de desempleo (de tiempo abierto encubierto) elevadas o crónicas. El balance del mercado de trabajo podría sostenerse a través de una segunda vía de ajuste que es el subempleo.
En este sentido, se puede realizar una diferenciación entre ocupaciones plenas y no plenas. Las primeras corresponden a formas de inserción ocupacional genuinas y son, a las que se hace referencia cuando se habla de la generación de puestos de trabajo. Las segundas tienen la naturaleza de un mecanismo de ajuste del mercado de trabajo ante la tendencia a un desajuste crónico entre las disponibilidades de los recursos humanos y las oportunidades de empleo. Se pueden definir como actividades “refugio”, en tanto permiten ejercer alguna ocupación productiva y derivar un ingreso ante la imposibilidad de obtener una inserción ocupacional más regular o integrada.
En este sentido, si observamos la tabla 1 podemos registrar un fenómeno propio y estructural del mercado de trabajo marplatense. Desde 2010 la tendencia general (exceptuando lo registrado en 2011) es una tasa de subempleo mayor a la del desempleo, es decir ajustando la demanda laboral mediante una inserción parcial al mercado de trabajo.
Un mercado que ha sostenido este comportamiento, no tiene capacidad ni dinamismo para hacerle frente a contexto económico desfavorable como el actual. De modo que, cuando aumenta la cantidad de gente que quiere ingresar en busca de empleo e ingresos con una tasa de subempleo que ya venía sosteniendo el alza de desempleo, no hay más alternativas que mostrar el emergente de lo que estaba latente: quedar como la segunda ciudad del país con mayor desempleo.
De este modo, se muestra en la tabla 1 una dificultad del mercado de trabajo marplatense que resulta estructural y que requiere políticas productivas de largo plazo para lograr abordar la problemática local.

Un alto costo de vida
Este informe sobre el mercado laboral permite observar el alto costo de vida marplatense, cuyo valor ha dejado de corresponderse con los salarios de la población. Un dato saliente en este sentido, son las 57 mil personas que se encuentran ocupadas y demandan más horas de trabajo. De estas 57 mil personas, 29 mil personas se encuentran subempleadas, es decir, trabajan con jornada laboral reducida pero las otras 28 mil personas trabajan jornada completa y demandan más horas de trabajo. Este dato es el que describe la situación socioeconómica de la ciudad. No sólo hay un porcentaje sin trabajo, otro porcentaje subempleado sino también están aquellos que trabajando jornada completa requieren más horas para poder llegar a fin de mes.

El problema es nuestro

Es cierto que Mar del Plata tuvo una instancia fundacional y un rápido crecimiento poblacional producto de la masa migratoria que llegaba a la ciudad, proceso que se extendió hasta 1970, donde –según datos censales-el crecimiento poblacional por saldo migratorio ascendió al 2,2% de la población.
Posteriormente, el componente migratorio del crecimiento demográfico comienza a arrojar resultados negativos. En los periodos censales posteriores (1980-1991, 1991-2001, 2001-2010) el crecimiento poblacional resulta por saldo vegetativo, es decir, la diferencia entre los nacimientos y las defunciones.
Según fuentes propias de la Consultora Ayala & Asoc. en el año 2005, el 50% de los residentes en la ciudad de Mar del Plata eran nativos, nacidos en Mar del Plata. Este dato, se vuelve a corroborar para el año 2010 resultando un 64% de nativos en la ciudad. Esta es otra forma más de demostrar que Mar del Plata ha comenzado desde 1980 una dinámica demográfica diferente a su tradicional crecimiento migratorio.
Es importante para la construcción de la identidad local comenzar a trabajar las migraciones como proceso de conformación de la ciudad aunque ya no como proceso de construcción poblacional actual. De modo que la presión sobre el mercado de trabajo local no está vinculada al crecimiento poblacional migratorio, sino más bien a una deficiencia estructural de su mercado de trabajo que requiere no sólo la gestación de empleo en relación de dependencia sino una fuerte impronta de generación de emprendimientos y pequeñas empresas que acompañados por el Estado a través del financiamiento y la capacitación continúen gestando empleo genuino.

Un problema al que Mar del Plata no termina de encontrarle la salida. Un problema que requiere idoneidad para asumir respuestas de calidad, aprovechando la capacidad instalada y el potencial para la innovación de nuestra ciudad. Un problema que necesita planificación local y políticas de Estado para materializar los procesos productivos que realmente comiencen a mostrar respuestas. 

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