jueves, 15 de septiembre de 2016

Miremos más allá. Camino hacia la sustentabilidad.


Muchas veces nos quedamos mirando la cuestión social desde una versión acotada y maniquea. Esa mirada indica que tenemos que evaluar presencia o ausencia del Estado en relación a la oportunidad y la vulnerabilidad.

Si bien acordamos con las garantías que debe brindar el Estado para permitir el acceso a derecho, resulta necesario generar condiciones para que la población obtenga habilidades, recursos, capital social genuino, a modo de herramientas para la vida misma. La presencia o ausencia del Estado abre el lugar de la autonomía o profundiza el de la dependencia, surgiendo de este modo una gran necesidad de pensar cuales son las estrategias de empoderamiento de la población vulnerable.

La presencia misma del Estado, un Estado fuerte, consolidado con diversas políticas sociales puede habilitar autonomía o ahondar dependencia, de modo que pensar acerca de la misma también nos lleva a revisar cuál es el objetivo de las intervenciones y, de fondo, qué es lo que buscan y qué modifican, donde impactan y cuáles son sus resultados.

Respuesta a preguntas que deberíamos tener en mano si no fuese porque las políticas públicas en la Argentina poco se han evaluado y se evalúan, sólo expresando números posteriores en unidades que permitan comunicar la acción y darle visibilidad al gobierno de turno. De este modo, no se sabe qué debe modificarse o mejorarse y, menos aún, si es eficiente el financiamiento de cada política local, sobre todo las sociales.

La ausencia del Estado, sobre todo cuando este se retira y se repliega hace la centralidad y una prestación mínima de servicios, deja al descubierto las dependencias anteriores y un tejido social que no había logrado consolidarse como comunidad organizada, porque el eje de la creación colectiva era el Estado, su financiamiento y la lucha dentro del campo social por la visibilidad del actor comunitario en cuestión por parte del poder local.

Más allá de la posición política, y logrando escapar de ella con la finalidad de realizar un análisis macro situacional de lo sucedido con el vínculo gobierno - sociedad civil, debemos observar cual es la respuesta a la cuestión social con el objetivo de lograr habilitar procesos sin depender de manera absoluta y unívoca del gobierno de turno. De este modo, un Estado ausente puede convertirse en oportunidad para crear valor, desde la construcción comunitaria vigente, desde la sociedad civil hacia la sociedad civil. Un Estado presente habilitando la creación de herramientas hacia la autonomía es lo que deberíamos tener aunque hoy, en el ámbito local, estemos forzados a analizar el cómo en medio de la ausencia y el repliegue.

Es así como resulta fundamental que la comunidad pueda abandonar la búsqueda del Estado y los gobiernos salientes y entrantes para obtener la visibilidad de sus acciones en la búsqueda de un financiamiento digno, siempre durante el tiempo que otros consideren hacerlo, del modo que nuestros representantes lo crean pertinente y con la visión y la impronta de cada gestión local.

Poner la mirada más adelante implica, entonces, observar de qué modo desde la sociedad civil, más allá de como el Estado determina, define y prioriza los diversos ordenes dentro de la cuestión social profunda de la ciudad, puede aportar y acompañar verdaderos procesos de creación de valor para generar proyectos autosustentables, que permitan a la población repensarse como emprendedores productivos, sociales e individuales.

Ser emprendedor implica iniciar, crear y sostener algo a través de mi trabajo, mi esfuerzo y mi capacidad. Ser emprendedor en una tarea productiva pero sobre todo permite entender y creer que puedo resolver mi propia situación. Comenzar a confiar y creer que puedo, podemos y podremos cambiar nuestra propia realidad y ese cambio no depende de que alguien me lo ofrezca, de que alguien me lo permita, ni de agradecimientos posteriores.

Un barrio autónomo y una comunidad autosustentable no sólo obtiene herramientas y capacidades irreemplazables sino que quiebra la lógica política de la dependencia. Y allí es donde dejan de ser los actores políticos los que habilitan, permiten o ayudan a que los hechos en un barrio, en la zona vulnerable o en el lugar con necesidades suceda. Y ese debe ser de fondo el gran objetivo de una nueva política. Una nueva política donde puedan existir actores que acompañen y trabajen en conjunto con los vecinos y el barrio pero no más aquellos que dicen ser los dueños de lo que allí sucede, aquellos que pretenden el premio, la visibilidad, la foto y, por allí detrás, el voto.
En ese acto le estamos quitando el valor real a lo que sucede. La capacidad de resolver y de crear realidad, más allá de lo que otros aportan. Al final, subestimando actores sociales con saberes diversos y capacidades importantes.

En un paradigma colaborativo, sabemos que somos un equipo de personas, un grupo de voluntades trabajando por la transformación, de modo que lo que cambia es sustancial: el proceso social no es de una persona, no puede apropiárselo nadie, debe aportar a la comunidad, debe fortalecer el valor colectivo. Y esta debe ser LA política pública.

Estas acciones que nacen en el egocentrismo de quienes buscan y pretenden permanecer en espacios de poder, reproduce dependencia en niños y jóvenes que aprenden que para lograr algo hay que ser amigo, conocer o llegar a determinado lugar más que desarrollar habilidades propias, más que trabajar en la creación de recursos particulares y colectivos que permitan encontrar soluciones, respuestas a las diversas situaciones sociales y productivas.

La transformación es posible. Es un proceso, largo y sinuoso pero posible en tanto sean los actores sociales los que comiencen a visibilizar este tipo de interacción y, por tanto, moverse de la lógica de dependencia tanto como les sea posible y, desde la estructura hegemónica, se comience a proponer otro tipo de interacción con la convicción que quien logra transitar un proceso hacia la autonomía a través de la apropiación de recursos que implican el bienestar social, entenderá que ese es el camino y que quienes tienen que representarlos son los actores políticos que comprendan su valor.

Seguir reproduciendo la lógica de la dependencia es fácil, mediocre y sólo alimenta a unos pocos. Pensar la transformación social genuina implica iniciar otros procesos, más complejos, de largo aliento pero con los mejores resultados para la sociedad de nuestros hijos y nietos.

viernes, 26 de agosto de 2016

La brecha de empleo: el verdadero problema que debemos asumir


El último informe sobre el mercado de trabajo local indica una situación socio productiva de amplia complejidad para la ciudad.
Si bien los números son contundentes, hay algunas cuestiones de índole técnica que requieren una mirada particular para la correcta interpretación de los mismos. En este sentido, la comparación se debe realizar siempre sobre el mismo periodo del año considerando que hay variables intervinientes que tienen un mismo comportamiento según época del año.
El informe permite observar que ha crecido la población económicamente activa, lo cual indica que más personas requieren ingresar al mercado laboral, en número absolutos, la información del INDEC indica que había 276.000 personas trabajando o buscando trabajo en el segundo trimestre de 2015 mientras que, para el segundo trimestre de 2016, se informan 284.000.
Esta presión sobre el mercado de trabajo sumado a la reducción de la población ocupada (pasamos de 254.000 personas ocupadas en 2015 a 251.000  personas en 2016) muestra una situación socio productiva que profundiza la brecha de empleo.
En la tabla 1 podemos observar los diversos indicadores del mercado laboral local en términos relativos (tasas expresadas en %).

Tabla 1. Tasas del mercado laboral 2do trimestre 2010-2016
Tasas
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2do trimestre
Actividad
47,4
47,1
48,0
45,1
44,7
43,8
45,6
Empleo
43,5
42,0
43,0
41,0
40,9
40,9
40,3
Desocupación
8,3
11,0
9,9
9,1
8,4
8,1
11,6
Subempleo
13,0
8,5
12,0
13,6
14,8
14,0
15,5
Brecha de empleo
21,3
19,5
21,9
22,7
23,2
22,1
27,1
Subempleo demandante
9,8
6,4
8,3
9,1
9,3
9,6
10,3
Subempleo no demandante
3,2
2,1
3,7
4,5
5,5
4,4
5,2
Fuente: INDEC

La brecha de empleo nos permite recordar que no sólo se trata de mirar el indicador de desempleo sino que el subempleo como un actor tan o más importante en el análisis del mercado laboral. Si la expansión de la disponibilidad de mano obra excede en dinamismo la expansión del número de puestos de trabajo propios emerge una brecha de empleo. Esta puede expresarse en desocupación abierta, pero puede no ser la única forma de hacerse visible en los indicadores ya que el principal mecanismo de ajuste se observa en la generación de subempleo.
Cuando hay desajuste entre la mano de obra disponible y la generación de fuentes de trabajo, un primer efecto se manifiesta a través de las tasas de desempleo (de tiempo abierto encubierto) elevadas o crónicas. El balance del mercado de trabajo podría sostenerse a través de una segunda vía de ajuste que es el subempleo.
En este sentido, se puede realizar una diferenciación entre ocupaciones plenas y no plenas. Las primeras corresponden a formas de inserción ocupacional genuinas y son, a las que se hace referencia cuando se habla de la generación de puestos de trabajo. Las segundas tienen la naturaleza de un mecanismo de ajuste del mercado de trabajo ante la tendencia a un desajuste crónico entre las disponibilidades de los recursos humanos y las oportunidades de empleo. Se pueden definir como actividades “refugio”, en tanto permiten ejercer alguna ocupación productiva y derivar un ingreso ante la imposibilidad de obtener una inserción ocupacional más regular o integrada.
En este sentido, si observamos la tabla 1 podemos registrar un fenómeno propio y estructural del mercado de trabajo marplatense. Desde 2010 la tendencia general (exceptuando lo registrado en 2011) es una tasa de subempleo mayor a la del desempleo, es decir ajustando la demanda laboral mediante una inserción parcial al mercado de trabajo.
Un mercado que ha sostenido este comportamiento, no tiene capacidad ni dinamismo para hacerle frente a contexto económico desfavorable como el actual. De modo que, cuando aumenta la cantidad de gente que quiere ingresar en busca de empleo e ingresos con una tasa de subempleo que ya venía sosteniendo el alza de desempleo, no hay más alternativas que mostrar el emergente de lo que estaba latente: quedar como la segunda ciudad del país con mayor desempleo.
De este modo, se muestra en la tabla 1 una dificultad del mercado de trabajo marplatense que resulta estructural y que requiere políticas productivas de largo plazo para lograr abordar la problemática local.

Un alto costo de vida
Este informe sobre el mercado laboral permite observar el alto costo de vida marplatense, cuyo valor ha dejado de corresponderse con los salarios de la población. Un dato saliente en este sentido, son las 57 mil personas que se encuentran ocupadas y demandan más horas de trabajo. De estas 57 mil personas, 29 mil personas se encuentran subempleadas, es decir, trabajan con jornada laboral reducida pero las otras 28 mil personas trabajan jornada completa y demandan más horas de trabajo. Este dato es el que describe la situación socioeconómica de la ciudad. No sólo hay un porcentaje sin trabajo, otro porcentaje subempleado sino también están aquellos que trabajando jornada completa requieren más horas para poder llegar a fin de mes.

El problema es nuestro

Es cierto que Mar del Plata tuvo una instancia fundacional y un rápido crecimiento poblacional producto de la masa migratoria que llegaba a la ciudad, proceso que se extendió hasta 1970, donde –según datos censales-el crecimiento poblacional por saldo migratorio ascendió al 2,2% de la población.
Posteriormente, el componente migratorio del crecimiento demográfico comienza a arrojar resultados negativos. En los periodos censales posteriores (1980-1991, 1991-2001, 2001-2010) el crecimiento poblacional resulta por saldo vegetativo, es decir, la diferencia entre los nacimientos y las defunciones.
Según fuentes propias de la Consultora Ayala & Asoc. en el año 2005, el 50% de los residentes en la ciudad de Mar del Plata eran nativos, nacidos en Mar del Plata. Este dato, se vuelve a corroborar para el año 2010 resultando un 64% de nativos en la ciudad. Esta es otra forma más de demostrar que Mar del Plata ha comenzado desde 1980 una dinámica demográfica diferente a su tradicional crecimiento migratorio.
Es importante para la construcción de la identidad local comenzar a trabajar las migraciones como proceso de conformación de la ciudad aunque ya no como proceso de construcción poblacional actual. De modo que la presión sobre el mercado de trabajo local no está vinculada al crecimiento poblacional migratorio, sino más bien a una deficiencia estructural de su mercado de trabajo que requiere no sólo la gestación de empleo en relación de dependencia sino una fuerte impronta de generación de emprendimientos y pequeñas empresas que acompañados por el Estado a través del financiamiento y la capacitación continúen gestando empleo genuino.

Un problema al que Mar del Plata no termina de encontrarle la salida. Un problema que requiere idoneidad para asumir respuestas de calidad, aprovechando la capacidad instalada y el potencial para la innovación de nuestra ciudad. Un problema que necesita planificación local y políticas de Estado para materializar los procesos productivos que realmente comiencen a mostrar respuestas. 

jueves, 3 de marzo de 2016

Sin gestión social, en un polideportivo no hay desarrollo ni inclusión social

Los procesos virtuosos de gestión pública son aquellos que tienen la capacidad y la humildad de revisar y retomar lo que ha sido beneficioso y bueno para la comunidad con el objetivo de profundizarlo, para brindarle impronta propia pero sobre todo para seguir priorizando a los vecinos. Hoy, para tristeza de los marplatenses y batanenses, podemos afirmar que la gestión social de los mal llamados polideportivos no ha sido siquiera considerada para darle continuidad y profundizar un proceso que estaba recientemente iniciado.

Los mal llamados polideportivos, es decir, estos maravillosos Espacios Municipales de Encuentro fueron gestados en su arquitectura física pero también planificados en su arquitectura social. Gracias al asesoramiento y colaboración de Jorge Melguizo (Ex Secretario de Cultura  y Desarrollo Social de Medellín) se desarrolló la metodología de gestión social de estos Espacios Municipales de Encuentro. De este modo, se han creado en conjunto con la comunidad, comenzando a transitar un camino de apropiación social profunda y verdadera que hoy ya no está.

Se realizaron entrevistas a referentes y talleres de imaginario con los vecinos para darles lugar a la creación conjunta, es decir, participativa. Estos espacios tenían prevista la co-gestión para seguir intercambiando ideas vinculadas a la dinámica de desarrollo de los mismos e incluso que continuara siendo la misma comunidad la que creara –así lo habían indicado como necesidad y demanda- un espacio de aportes económicos para el mantenimiento de los mismos. Claramente, no es lo mismo la creación conjunta de los espacios y las instancias de aporte voluntario que la demanda de un estado local para financiar la política social. Ya lo he dicho, la política social no la financian sus beneficiarios, la política social se financia desde la redistribución.

Es importante que revisemos algunos conceptos fundamentales de la cuestión social y, por consiguiente, de la inclusión y el desarrollo de niños y jóvenes de nuestra ciudad.

Muchas veces, sin querer, caemos en una falacia pensando que brindar una oportunidad implica, necesariamente, inclusión social genuina y desarrollo de los niños y jóvenes. El hecho de ser parte de una actividad ya sea cultural, deportiva o de formación representa un primer paso para trabajar con la comunidad todo lo que se debería con el objetivo de brindar habilidades pero también autonomía, capacidad de resolver situaciones de la vida cotidiana y desarrollo integral que, en definitiva, es lo que requiere ese niño y joven para integrarse al mundo social y cultural vigente.

Quedarnos en la contabilización de accesos a la actividad que, tampoco implica necesariamente al conocimiento o la habilidad, es la parte de la historia vacía. Por eso, es que entiendo que acceso en sí mismo no está indicando desarrollo de la población de Mar del Plata – Batan y que debemos comenzar a darnos el debate más profundo en algún momento de la historia local. Lamentablemente, este debate de la transformación social y cultural genuina nunca encuentra su espacio en diversos tiempos políticos por múltiples razones. Algunas veces, el periodo preelectoral requiere de hechos concretos, aprehensibles y cortoplacistas mientras que otras veces esta discusión se considera aburrida, poco entendible y convocante para la sociedad en general. Sin embargo, creo que es el debate que no se está dando mientras que al final del camino la transformación social y cultural es la que necesitamos y seguimos esperando.

La espera del debate de las políticas de inclusión, desarrollo humano y prevención de violencia no la padece únicamente su población objetivo, y no terminamos de entender que la padecemos todos desde diferentes lugares. Algunos son parte de la sociedad marginada, excluida que necesita ciertas políticas para –al menos- comenzar por acceder mientras que otros son parte de la sociedad que necesita instancias de convivencia social para dejar de ser víctima de la violencia diaria en la vía publica. Otros, esperan la tantas veces demandada seguridad y ella no llega más que con inclusión social pero sobre todo con abordajes de convivencia, con miradas integrales para revisar el consumo, para recuperar trayectorias educativas coartadas y revisar las normas sociales aceptadas y las practicas instituidas en este tejido social. La mirada de fondo es la que verdaderamente nos va a mostrar otra sociedad. Mientras tanto, las instancias represivas y de control social deben seguir funcionando para mitigar los efectos de las políticas sociales más profundas que no se han desarrollado en esta ciudad ni en el país de modo sostenido.

-CONTINUARA-