El último informe sobre el mercado de trabajo local indica una
situación socio productiva de amplia complejidad para la ciudad.
Si bien los números son contundentes, hay algunas cuestiones de índole
técnica que requieren una mirada particular para la correcta interpretación de
los mismos. En este sentido, la comparación se debe realizar siempre sobre el
mismo periodo del año considerando que hay variables intervinientes que tienen
un mismo comportamiento según época del año.
El informe permite observar que ha crecido la población
económicamente activa, lo cual indica que más personas requieren ingresar al
mercado laboral, en número absolutos, la información del INDEC indica que había
276.000 personas trabajando o buscando trabajo en el segundo trimestre de 2015
mientras que, para el segundo trimestre de 2016, se informan 284.000.
Esta presión sobre el mercado de trabajo sumado a la reducción de
la población ocupada (pasamos de 254.000 personas ocupadas en 2015 a
251.000 personas en 2016) muestra una
situación socio productiva que profundiza la brecha de empleo.
En la tabla 1 podemos observar los diversos indicadores del
mercado laboral local en términos relativos (tasas expresadas en %).
Tabla 1. Tasas
del mercado laboral 2do trimestre 2010-2016
Tasas
|
2010
|
2011
|
2012
|
2013
|
2014
|
2015
|
2016
|
2do trimestre
|
|||||||
Actividad
|
47,4
|
47,1
|
48,0
|
45,1
|
44,7
|
43,8
|
45,6
|
Empleo
|
43,5
|
42,0
|
43,0
|
41,0
|
40,9
|
40,9
|
40,3
|
Desocupación
|
8,3
|
11,0
|
9,9
|
9,1
|
8,4
|
8,1
|
11,6
|
Subempleo
|
13,0
|
8,5
|
12,0
|
13,6
|
14,8
|
14,0
|
15,5
|
Brecha de empleo
|
21,3
|
19,5
|
21,9
|
22,7
|
23,2
|
22,1
|
27,1
|
Subempleo demandante
|
9,8
|
6,4
|
8,3
|
9,1
|
9,3
|
9,6
|
10,3
|
Subempleo no demandante
|
3,2
|
2,1
|
3,7
|
4,5
|
5,5
|
4,4
|
5,2
|
Fuente: INDEC
|
La brecha de empleo nos permite recordar que no sólo se trata de
mirar el indicador de desempleo sino que el subempleo como un actor tan o más
importante en el análisis del mercado laboral. Si la expansión de la
disponibilidad de mano obra excede en dinamismo la expansión del número de
puestos de trabajo propios emerge una brecha de empleo. Esta puede expresarse
en desocupación abierta, pero puede no ser la única forma de hacerse visible en
los indicadores ya que el principal mecanismo de ajuste se observa en la
generación de subempleo.
Cuando hay desajuste entre la mano de obra disponible y la
generación de fuentes de trabajo, un primer efecto se manifiesta a través de
las tasas de desempleo (de tiempo abierto encubierto) elevadas o crónicas. El
balance del mercado de trabajo podría sostenerse a través de una segunda vía de
ajuste que es el subempleo.
En este sentido, se puede realizar una diferenciación entre
ocupaciones plenas y no plenas. Las primeras corresponden a formas de inserción
ocupacional genuinas y son, a las que se hace referencia cuando se habla de la
generación de puestos de trabajo. Las segundas tienen la naturaleza de un
mecanismo de ajuste del mercado de trabajo ante la tendencia a un desajuste
crónico entre las disponibilidades de los recursos humanos y las oportunidades
de empleo. Se pueden definir como actividades “refugio”, en tanto permiten
ejercer alguna ocupación productiva y derivar un ingreso ante la imposibilidad
de obtener una inserción ocupacional más regular o integrada.
En este sentido, si observamos la tabla 1 podemos registrar un
fenómeno propio y estructural del mercado de trabajo marplatense. Desde 2010 la
tendencia general (exceptuando lo registrado en 2011) es una tasa de subempleo
mayor a la del desempleo, es decir ajustando la demanda laboral mediante una
inserción parcial al mercado de trabajo.
Un mercado que ha sostenido este comportamiento, no tiene
capacidad ni dinamismo para hacerle frente a contexto económico desfavorable
como el actual. De modo que, cuando aumenta la cantidad de gente que quiere
ingresar en busca de empleo e ingresos con una tasa de subempleo que ya venía
sosteniendo el alza de desempleo, no hay más alternativas que mostrar el
emergente de lo que estaba latente: quedar como la segunda ciudad del país con
mayor desempleo.
De este modo, se muestra en la tabla 1 una dificultad del mercado
de trabajo marplatense que resulta estructural y que requiere políticas
productivas de largo plazo para lograr abordar la problemática local.
Un alto costo de
vida
Este informe sobre el mercado laboral permite observar el alto
costo de vida marplatense, cuyo valor ha dejado de corresponderse con los
salarios de la población. Un dato saliente en este sentido, son las 57 mil
personas que se encuentran ocupadas y demandan más horas de trabajo. De estas
57 mil personas, 29 mil personas se encuentran subempleadas, es decir, trabajan
con jornada laboral reducida pero las otras 28 mil personas trabajan jornada
completa y demandan más horas de trabajo. Este dato es el que describe la
situación socioeconómica de la ciudad. No sólo hay un porcentaje sin trabajo,
otro porcentaje subempleado sino también están aquellos que trabajando jornada
completa requieren más horas para poder llegar a fin de mes.
El problema es
nuestro
Es cierto que Mar del Plata tuvo una instancia fundacional y un
rápido crecimiento poblacional producto de la masa migratoria que llegaba a la
ciudad, proceso que se extendió hasta 1970, donde –según datos censales-el
crecimiento poblacional por saldo migratorio ascendió al 2,2% de la población.
Posteriormente, el componente migratorio del crecimiento
demográfico comienza a arrojar resultados negativos. En los periodos censales
posteriores (1980-1991, 1991-2001, 2001-2010) el crecimiento poblacional
resulta por saldo vegetativo, es decir, la diferencia entre los nacimientos y
las defunciones.
Según fuentes propias de la Consultora Ayala & Asoc. en el año
2005, el 50% de los residentes en la ciudad de Mar del Plata eran nativos,
nacidos en Mar del Plata. Este dato, se vuelve a corroborar para el año 2010 resultando
un 64% de nativos en la ciudad. Esta es otra forma más de demostrar que Mar del
Plata ha comenzado desde 1980 una dinámica demográfica diferente a su
tradicional crecimiento migratorio.
Es importante para la construcción de la identidad local comenzar
a trabajar las migraciones como proceso de conformación de la ciudad aunque ya
no como proceso de construcción poblacional actual. De modo que la presión
sobre el mercado de trabajo local no está vinculada al crecimiento poblacional
migratorio, sino más bien a una deficiencia estructural de su mercado de
trabajo que requiere no sólo la gestación de empleo en relación de dependencia
sino una fuerte impronta de generación de emprendimientos y pequeñas empresas
que acompañados por el Estado a través del financiamiento y la capacitación
continúen gestando empleo genuino.
Un problema al que Mar del Plata no termina de encontrarle la
salida. Un problema que requiere idoneidad para asumir respuestas de calidad,
aprovechando la capacidad instalada y el potencial para la innovación de
nuestra ciudad. Un problema que necesita planificación local y políticas de
Estado para materializar los procesos productivos que realmente comiencen a
mostrar respuestas.